Otras indicaciones incluyen el tratamiento de nódulos tiroideos de funcionamiento autónomo como alternativa a la cirugía o al yodo radiactivo y en determinadas circunstancias, los cánceres de tiroides pequeños primarios o de tiroides recurrentes, que no se encuentran cerca de estructuras críticas, pueden tratarse con ARF en pacientes que prefieren evitar la cirugía o que no son buenos candidatos quirúrgicos debido a otras afecciones médicas comórbidas (obesidad, hipertensión, diabetes, etc.). Su equipo multidisciplinario de médicos determina si la RFA es un tratamiento adecuado, caso por caso.