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Cáncer de Riñón
El diagnóstico y el tratamiento del cáncer de riñón ha cambiado de manera notablemente rápida. Aunque la incidencia del carcinoma de células renales ha aumentado, la supervivencia ha mejorado sustancialmente. A medida que el diagnóstico incidental del tumor de riñón pequeño indolente se ha vuelto más frecuente, la vigilancia activa, las técnicas quirúrgicas asistidas por robot y los procedimientos mínimamente invasivos, como la ablación térmica, han ganado popularidad.
A pesar de la progresión en el control del cáncer y la supervivencia, la enfermedad localmente avanzada y las metástasis a distancia todavía se diagnostican en una proporción notable de pacientes.
Signos y Síntomas
Los tumores renales en sus comienzos por lo general no causan ningún signo o síntoma, pero los tumores más grandes sí pudieran ocasionarlos. Algunos de los posibles síntomas y signos del cáncer de riñón son:
Si nota alguno de los síntomas recurra a un profesional de salud.
Tratamientos
La cirugía de extracción (nefrectomía parcial o radical) sigue siendo el estándar de oro para el tratamiento de tumores renales. La selección de tumores para la nefrectomía parcial, ha estado dictada durante mucho tiempo por la ubicación anatómica del tumor, el estadio u otras características que limitan la posibilidad de una resección completa del tumor.
Los ensayos clínicos aleatorizados han examinado el potencial de los enfoques de conservación de nefronas para preservar la función renal y reducir la morbilidad a largo plazo, asociada con tener un riñón solitario.
Tratamiento para cáncer focalizado
La crioablación, es una opción de tratamiento para el riñón, que se utiliza cada vez más para el cáncer en estadio I. En 2009, la Asociación Estadounidense de Urología incluyó la ablación en sus pautas de tratamiento para el cáncer renal en estadio I. La National Comprehensive Cancer Network, agregó la ablación a sus propias pautas en 2018.
La ablación con microondas, se ha reconocido cada vez más, como un tratamiento del cáncer de riñón valioso, alternativo a la cirugía de riñón, para los pacientes con contraindicaciones para la anestesia general, alto riesgo quirúrgico o para la preservación máxima de la función renal (Favi y colaboradores, Cardiovasc Intervent Radiol. 2019).
La ablación térmica se usa principalmente para el tratamiento de tumores pequeños e irresecables, para pacientes quienes han presentado resistencia al tratamiento de quimio/radioterapia o que NO son candidatos quirúrgicos, como, por ejemplo:
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