Tratamiento para cáncer focalizado
La ablación tiene como objetivo mantener el beneficio oncológico de las opciones de tratamiento activo y reducir el riesgo de efectos secundarios mediante la preservación del tejido no canceroso.
La situación anatómica de la próstata la convierte en un órgano accesible por diferentes vías (transuretral, transperineal, transrectal, suprapúbica), por lo que siempre ha constituido un órgano atractivo para aplicar, lo que genéricamente podemos denominar, tratamientos ablativos mínimamente invasivos.
Se trata de procedimientos que tienen como finalidad conseguir la erradicación de la enfermedad (la cura del cáncer de próstata) con menores efectos secundarios posibles y permitiendo la conservación del órgano en cuestión.
La ablación con frio (crioablación prostática), demuestra algunos beneficios con respecto a otros tratamientos empleados en el cáncer de próstata: respeta las estructuras vecinas, la pérdida de sangre es mínima y representa una alternativa en aquellos pacientes no idóneos para cirugía o radioterapia.
Además, existe la posibilidad del tratamiento del cáncer de próstata, con la ablación con impulsos eléctricos (Electroporación Irreversible), la cual ha demostrado seguridad y viabilidad de esta técnica, con bajos efectos secundarios del paciente, libre de metástatisis y 100% de sobrevida. La electroporación irreversible realiza una ablación del tejido tumoral mediante la administración de una corriente directa de alto voltaje entre un par de electrodos. Al dirigirse al tumor, con múltiples pulsos eléctricos consecutivos, la membrana de las células de cáncer se vuelve irreversiblemente permeable, lo que resulta en la muerte celular del tumor.