La mama de una mujer adulta se encuentra entre la 2ª y la 6ª costilla en el eje vertical y entre el esternón y la línea media axilar en el eje horizontal. Por término medio mide de 10 a 12 cm y su diámetro antero-posterior es de 5 a 7 cm. Se encuentra formada por tres estructuras principales: la piel, el tejido subcutáneo y la glándula mamaria.
El interior de la mama se compone de una serie de glándulas mamarias de mayor y menor tamaño, conectadas entre sí por unos conductos finos (galactóforos) que tienen apariencia de ramilletes.
La glándula mamaria tiene como principal función la producción y secreción de leche para la lactancia. La leche es producida en unas pequeñas glándulas denominadas bulbos que se agrupan para formar lobulillos y éstos, a su vez, constituirán los lóbulos, verdaderas unidades funcionales. Estas estructuras glandulares están conectadas por unos tubos denominados ductos que irán confluyendo en otros de mayor tamaño hasta desembocar en el pezón.
Como es natural, la mama pasa por diferentes fases dependiendo del estado hormonal de la mujer: durante el embarazo y la lactancia, la mayor parte del tejido mamario es glandular, el resto del tiempo predomina el estroma. Tras la menopausia hay una disminución generalizada de ambos componentes con una atrofia del tejido glandular y persistencia de los ductos, lo que justifica la incidencia de cáncer de mama en estas edades.
Los cánceres de seno pueden originarse en diferentes partes del seno. El seno es un órgano que se asienta sobre las costillas superiores y los músculos del pecho. Hay un seno izquierdo y uno derecho, cada cual conformado principalmente por glándulas, conductos y tejido adiposo. En las mujeres, los senos producen la leche materna, los cuales también tienen la función de ser el medio de suministro alimentario para infantes recién nacidos y bebés. La cantidad de tejido graso en el seno determina el tamaño de cada seno.
El seno está conformado por:
Un pequeño número de cánceres comienza en otros tejidos del seno. Estos cánceres referidos como sarcomas y linfomas no suelen ser vistos o considerados como cánceres mamarios.
El cáncer de seno se puede propagar cuando las células cancerosas alcanzan la sangre o el sistema linfático, llegando posteriormente a otras partes del cuerpo.
El sistema linfático es una parte del sistema inmunológico del cuerpo que consiste de una red de ganglios, conductos o vasos linfáticos, así como órganos que funcionan en conjunto para recolectar y transportar el claro líquido linfático (linfa) a través del cuerpo, tejidos hacia la sangre.
La linfa (el líquido transparente dentro de los vasos linfáticos) contiene sustancias derivadas de los tejidos y los residuos de desecho, así como células del sistema inmunitario.
Los vasos linfáticos transportan líquido linfático fuera de los senos. En el caso de cáncer de seno, las células cancerosas pueden ingresar en los vasos linfáticos y comenzar a crecer en los ganglios linfáticos. La mayoría de los vasos linfáticos del seno drenan hacia:
Si las células cancerosas se han propagado a sus ganglios linfáticos, hay una mayor probabilidad de que las células se hayan desplazado por el sistema linfático y se hayan propagado (metástasis) a otras partes de su cuerpo.
Sin embargo, no todas las mujeres con células cancerosas en sus ganglios linfáticos presentan metástasis, e incluso algunas mujeres sin células cancerosas en sus ganglios linfáticos podrían desarrollen metástasis más adelante.
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