El cáncer de páncreas es una enfermedad grave que afecta al páncreas, un órgano clave en nuestro sistema digestivo.
El cáncer de páncreas provoca un crecimiento anormal de células que afectan la producción de enzimas digestivas e insulina. Esto causa problemas digestivos y de control de azúcar en sangre.
El cáncer de páncreas es una enfermedad compleja y desafiante. Sus síntomas, a menudo inespecíficos, dificultan el diagnóstico temprano. Una vez diagnosticado, el cáncer de páncreas suele ser muy agresivo, lo que limita las opciones de tratamiento. Además, muchos tumores se encuentran en zonas del páncreas que hacen imposible su extirpación quirúrgica.
En la actualidad, los pacientes con cáncer de páncreas no operables tienen una mediana de supervivencia general de 6 a 11,5 meses a pesar de los avances en quimioterapia, radioterapia y quimiorradioterapia.
En primer lugar, el objetivo principal de la quimioterapia y las terapias de ablación es reducir el tamaño tumoral. Posteriormente, esta reducción permite que un mayor número de pacientes sean candidatos para una cirugía con intención curativa. Además, al disminuir la participación de los vasos sanguíneos, se facilita la intervención quirúrgica.
En estos pacientes, después de la terapia de inducción, las técnicas ablativas como la ablación por radiofrecuencia, la ablación por microondas, la ecografía focalizada de alta intensidad, la crioablación y la electroporación irreversible pueden proporcionar alivio sintomático, beneficio de supervivencia y posible reducción de tamaño.
Sin embargo, muchos de esos procedimientos inducen una lesión térmica en el páncreas y los conductos biliares que pueden provocar fístulas o fugas biliares, respectivamente, y la lesión térmica en los vasos adyacentes puede provocar una hemorragia significativa.
En GRUPO CRYO sabemos que la electroporación irreversible (EI) es una técnica prometedora para tratar el cáncer de páncreas sin dañar los tejidos circundantes. A diferencia de otros tratamientos, la EI utiliza pulsos eléctricos para destruir las células cancerosas sin generar calor.
Esta técnica se basa en un principio simple: la electricidad puede afectar las células. Cuando aplicamos pulsos eléctricos,las células pueden sufrir dos tipos de daño: reversible o irreversible. La electroporación irreversible aprovecha este último para destruir las células cancerosas.
La electroporación irreversible aumentará la permeabilidad de la membrana celular y facilitará la entrada de la quimioterapia a las células de cáncer. Por el contrario, la electroporación irreversible es una tecnología de ablación de tumores no térmica que mediante pulsos muy cortos de una corriente eléctrica de alto voltaje crea múltiples agujeros microscópicos dentro de la membrana celular para hacerla permeable irreversiblemente.
La rotura de la membrana celular conduce a la muerte celular del tumor pancreático dentro del área de ablación, preservando los vasos y los conductos biliares posiblemente incluidos en el área. Por tanto, la electroporación irreversible es una técnica completamente diferente de las técnicas de ablación térmica para el tratamiento de el cáncer de páncreas.
Además, el análisis de los resultados oncológicos de la electroporación irreversible parece ser prometedor, con una mediana de supervivencia general desde el diagnóstico o el tratamiento de 27 meses o más.
La Electroporación Irreversible es con toda seguridad una técnica prometedora y una alternativa factible en casos de tumores no operables para el cáncer de páncreas.
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