Tratamientos de Ablación

Los tratamientos de ablación de tumores, consisten en la aplicación local de temperaturas extremas, altas o bajas, para producir una lesión celular irreversible, generando apoptosis (muerte celular natural) tumoral o necrosis coagulativa (muerte celular que produce inflamación y coagulación de la sangre).

Los tratamientos de ablación se han utilizado para muchos tipos de tumores, incluidos cánceres de hígado, riñón, pulmón y huesos, así como tumores de tejidos blandos de la mama, las glándulas suprarrenales, la cabeza y el cuello.

La tecnología que se utiliza para los tratamientos de ablación avanzó rápidamente en la década de 1990, después de la llegada de las imágenes de tomografía computarizada, que hicieron que los procedimientos percutáneos (a través de la piel) guiados por imágenes no solo fueran posibles sino también comunes. Ahora, la ablación térmica percutánea se usa principalmente para el tratamiento de tumores pequeños e irresecables (que no se pueden extraer) o para pacientes que no son candidatos quirúrgicos.

La tecnología de ablación ofrece varias ventajas sobre la resección quirúrgica: menor morbilidad, mayor preservación de los tejidos circundantes, costo reducido y tiempos de hospitalización más cortos, así como monitoreo en el procedimiento por visualización, sin mencionar la capacidad de tratar a pacientes que no son candidatos a terapias convencionales.

Sin embargo, las desventajas comunes incluyen ablación incompleta, recurrencia de la enfermedad y resultados inferiores. Es una realidad que la eficacia, los resultados funcionales y las mejoras en la mortalidad con respecto a los métodos de tratamiento convencionales varían sustancialmente de una modalidad a otra y entre los diferentes tipos de tumores.

Actualmente, los tratamientos de ablación más utilizados son la ablación por radiofrecuencia (ARF) y la ablación por microondas (MWA), que son modalidades basadas en alta temperatura. Otro tratamiento de ablación llamado crioablación, que es por el contrario una modalidad basada en baja temperatura, y que actualmente ha logrado ser un método frecuentemente utilizado.

Por su parte, la electroporación irreversible (IRE) es una de las tecnologías más nuevas para la ablación de tumores. La IRE genera un campo eléctrico mediante el uso de múltiples pulsos de una corriente eléctrica intensa para causar daño irreversible a la membrana celular y por lo tanto la muerte celular.

tratamientos de ablación

Selección del tratamiento de ablación.

La elección de la modalidad más adecuada es vital para el éxito de cualquier tratamiento de ablación. El tipo y tamaño del tumor son dos factores importantes en esta decisión.
Generalmente, la ablación por RF es apropiada para el tratamiento de tumores del hígado, riñón y tiroides que tienen menos de 2 cm de diámetro. Se ha demostrado que la eficacia del tratamiento disminuye para tumores más grandes.

La ablación por MW puede ser aplicable a un espectro más amplio de tejidos, incluidos pulmón, hígado, riñón y hueso. Además, los sistemas de MW de nueva generación pueden ser más efectivos para tumores más grandes.

La crioablación ha estado históricamente contraindicada para su uso contra tumores primarios del hígado, especialmente en pacientes con cirrosis grave, pero se ha utilizado con éxito contra lesiones más pequeñas (<2 cm) de pulmón, hígado, mama, próstata y hueso. Teóricamente, la IRE puede ser una opción interesante para los tumores perivasculares (tumores que rodean vasos sanguíneos) debido a su técnica no térmica.


Finalmente, los datos clínicos respaldan la RF, MW, crioablación y la IRE ya que son tratamientos ablativos seguros y eficaces para muchos tipos de tumores.

Fuente:
Chu K. F. and Dupuy D. E. Thermal ablation of tumours: biological mechanisms and advances in therapy. NATURE REVIEWS CANCER. 2014; 14: 199-208. Knavel E. M. and Brace C. L. Tumor Ablation: Common Modalities and General Practices. Tech Vasc Interv Radiol. 2013; 16(4): 192–200.

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